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LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE TOLENTINO EN BARRANQUILLA

 

A diferencia de la mayoría de las grandes ciudades colombianas, Barranquilla es una ciudad que tiene la particularidad de no haber sido fundada oficialmente. Su crecimiento y consolidación se produjo  por generación espontanea en las primeras décadas del siglo XX como consecuencia de la llegada de varias corrientes de emigrantes extranjeros y  del interior del país que edificaron en la zona un centro de comercio e intercambio de productos que con el tiempo se consolidó como una de las ciudades más prósperas de la costa Caribe colombiana. No obstante esta singularidad la iglesia de San Nicolás de Tolentino y su espacio circundante conforman el lugar que dio origen a la consolidación de la ciudad. La barranca de San Nicolás fue el lugar escogido a finales del siglo XVIII como el primer espacio cívico y el primer templo sólido de la ciudad.

De aquí en adelante la iglesia de San Nicolás y su plaza circundante fue el centro cívico y social de Barranquilla: San Nicolás hizo las veces de Catedral. Allí se celebraron multitud de matrimonios y actos sociales de ricos y pobres y fue escenario de todo tipo de reuniones y actos políticos en la plaza, incluyendo los desmanes y asonadas ocurridos el 9 de abril de 1.948; la plaza fue también parque público arborizado, hasta mediados del siglo XX cuando inexplicablemente el centro de actividades públicas de la ciudad se desplazó a otros lugares, se construyó una nueva catedral iniciándose así un largo proceso de abandono del lugar hasta hoy.

San Nicolás y su plaza, como testigo del desarrollo social de la ciudad, fue objeto de cambios constantes, por eso su arquitectura ha tenido un desarrollo muy complejo que va desde el templo doctrinero de estructura formal y espacial simple erigido en el siglo XVIII, hasta la iglesia neogótica italiana del siglo XX, ampliada y levantada sobre los muros y la cimentación de la iglesia primitiva.

Desde el año de 1.906 La iglesia de San Nicolás está a cargo de la orden de los Padres Agustinos de la provincia de Nuestra Señora de Gracia de Colombia heredada del clero secular. Ellos tuvieron a su cargo las principales etapas del desarrollo del edificio y  hoy en día están adelantando la restauración integral del emblemático templo y su casa cural con la colaboración del Ministerio de Cultura.

El proceso de restauración contempla la consolidación estructural general del edificio de acuerdo con las normas de sismo resistencia vigentes, y la recuperación de todos los elementos del lenguaje arquitectónico  y  artístico propios de su estilo, que ha perdido o se encuentran en mal estado de conservación. La iglesia actual está construida sobre una cimentación mixta conformada por  pilastras de ladrillo y muros de carga perimetrales; las columnas y muros que conforman sus cinco naves están levantadas en mampostería de ladrillo macizo de gran resistencia; las torres neogóticas están levantadas sobre las torres del templo original en mamposterías de ladrillos de diferentes calidades. Los pináculos, barandas, celosías y demás elementos decorativos están fabricados en concreto reforzado en su mayoría se encuentran en avanzado estado de deterioro; igualmente los remates de las torres están reforzados por una superestructura   en concreto cuya condición es crítica hasta el punto en que ya en la década de los sesenta del siglo pasado, se había demolido el último cuerpo de las torres norte y sur por amenaza de ruina. Las cubiertas están  construidas en tejas planas romboidales de cemento, muy permeables, apoyadas en una estructura de madera que ha debido ser reemplazada varias veces. El interior tiene elementos de gran valor artístico como la pintura sobre el presbiterio aparentemente soportada por un enorme bastidor de madera; los altares en mármol italiano; y la pintura mural decorativa que existente en casi toda la superficie de los muros.

La primera etapa de la obra de restauración se ha iniciado con la recuperación de las tres torres del templo tanto de su estructura como de los elementos decorativos; y la restitución de la cubierta de la nave central. Para la recuperación de las torres ha sido necesario la fabricación y construcción de unas pasarelas en estructura metálica que permitan el acceso a todos los elementos decorativos tanto interiores como exteriores  y den facilidades para el trabajo de reemplazo de todos los refuerzos y estructuras en concreto deterioradas. Así mismo se reconstruirán los cuerpos de construcción demolidos en el remate superior de las torres. Para la realización de estos trabajos se aplicará el mismo principio de las armaduras originales en concreto armado mejorando sus condiciones de impermeabilidad y elasticidad de manera que no se presenten fisuras por efectos del viento y la lluvia. Para la restauración de la cubierta de la nave central se ha diseñado una nueva cercha de madera de abarco con refuerzo de platinas y tornillería galvanizada. Este diseño está basado en los principios de la estructura de la cubierta original pero mejorando la dimensión y calidad de las maderas y con esto el aspecto estético y espacial de la nave central del templo devolviéndole el sentido del espacio original. También, y con el mismo fin, se ha eliminado un cielo raso abovedado construido en láminas de asbesto cemento que ocultaba la estructura de la cubierta y los óculos de iluminación y ventilación del espacio interior del edificio. Para la cubierta se ha conservado el sistema de las tejas romboidales apoyadas directamente sobre un sistema de correas pero se substituido el cemento por tejas de barro recocido, como debió ser, más livianas y totalmente impermeables que garantizarán la conservación de la madera de la estructura; también se ha integrado el color azul añil al respaldo de las tejas en evocación de la bóveda celeste siguiendo los vestigios encontrados en la cubierta original. Las tejas se están fabricando de manera artesanal  en el municipio de Chía en Cundinamarca con arcillas especialmente seleccionadas.

Todo el personal que está trabajando en esta obra tanto profesional como técnico es de la región de la costa atlántica y se está aprovechando y reviviendo una gran tradición en trabajos en cemento en la ciudad de Barranquilla y en la elaboración de cubiertas con estructura en madera también muy arraigada en la costa atlántica.   

 

Ernesto Moure Eraso

Arquitecto Restaurador

Director de las Obras

FICHA TÉCNICA

 

Proyecto: RESTAURACIÓN INTEGRAL DE LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE TOLENTINO

Arquitecto Diseñador: ERNESTO MOURE ERASO

Arquitectos colaboradores: JUAN CARLOS CANCINO. CAROLINA GONZÁLEZ. JAVIER CAPARROSO. INGRID DUARTE PINTO.

Localización: BARRANQUILLA

Diseño Estructural: ING. HAROLD MUÑÓZ. ING. MANUEL ALARCÓN

Interventoría: ARQ. GLORIA PATRICIA MARTÍNEZ.

Ladrillera: PRODUCTOS CERÁMICOS. JORGE PERÉZ BOTÍA

Fecha de inicio: Octubre 2008.Primera etapa

Fecha de terminación: Enero 2010. Primera etapa

Área del lote: 2500M2. Aproximada.

Área de construcción: 3200M2. Aproximada

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